domingo, 8 de agosto de 2010

Pan Diario: Hebreos 13:1


Permanezca el amor fraternal.




En estos tiempos difíciles que nos toca vivir, donde el odio parece ganar terreno y el egoísmo moneda corriente, donde todo se mide por el poder adquisitivo y las personas se alejan mas entre sí y donde las palabras que Jesús sentenció parecen cobrar cada vez mas intensidad:"el amor de muchos se enfriará", es donde debemos hacer resplandecer la llama del amor en nosotros; un amor con altibajos, puede ser, un amor que sufre penalidades y desepciones, tal vez, pero siempre debe estar ese amor dentro nuestro, porque es un amor que viene de Dios. Si nosotros pensamos que la sangre preciosa del Hijo de Dios, así como lavó y lava mi corazón, también lavó y lava el corazón de mi hermano, si su vida tuvo el mismo precio que la mía, la muerte de Cristo, y si a mi hermano, con sus errores y defectos, Dios lo sigue amando, ¿podré yo amarlo? ¿Acaso hace el Señor alguna diferencia entre ambos? No, Dios no hace acepción de personas, él nos ama a todos por igual, deberíamos hacer lo mismo .

¿No hay amor en tu vida? Cuando creímos, Dios derramó de su amor en nuestros corazones (Ro. 5:5) solo nos resta ponerlo en práctica. Adelante.

Bendiciones



















No hay comentarios: