domingo, 18 de julio de 2010

PAN DIARIO: HABACUC 3: 19



Jehová el Señor es mi fortaleza,

el cual hace mis pies como de ciervas,

y en mis alturas me hace andar.

Difícil es estar en medio de problemas, sobre todo cuando éstos no parecen tener solución alguna ,o si la tienen, no es buena. Nos cuesta creer que Dios tiene todo en sus manos, a veces parece que las cosas pasan porque El volteó justo la cara al llamado de un ángel impertinente, y todo acá abajo se descontroló; Habacuc sentía lo mismo, creía que Dios no estaba al tanto de lo que pasaba en la tierra, con la invasión que sufría su pueblo, y le recrimina al Señor su actitud de que las cosas sigan por ese curso. Pero al fin entiende, quizás muy a pesan suyo, que Dios está en el asunto, llevándolo adelante y expresa estas palabras llenas de esperanza, en medio del dolor. Una vez escuché una anécdota de un niño que estaba sentado a los pies de su abuela, mientras ésta bordaba en un bastidor. De pronto el niño mira y ve el bordado y le pregunta a la abuela qué está haciendo, a lo que ella contesta que está haciendo unas flores bordadas. El niño con rostro de incredulidad le dice que está horrible, no se ven flores, sólo nudos e hilos sueltos. Entonces la abuela, sabiamente, le dice que se pare y venga a mirar desde arriba, y allí el niño víó las flores bordadas majestuosamente por las manos de la anciana.

A veces desde aquí abajo, las cosas no parecen tener sentido alguno, pero pidámosle al Señor que eleve nuestros pies y podamos contemplar el problema desde las alturas, para poder ver las cosas como El las ve.

Bendiciones