lunes, 15 de noviembre de 2010

Pan Diario: 2 Corintios 12: 15

Y yo con el mayor placer gastaré lo mío, y aún yo mismo me gastaré del todo por amor de vuestras almas, aunque amándoos más, sea amado menos.

Es difícil ver personas, hoy en día, que gastan su vida y sus bienes por causa del evangelio. Muy por el contrario, vemos a menudo personas cada vez mas egoístas que atesoran, no solo bienes, sino tambíen fuerzas, frente a la necesidad de otros.¿Será porque consideramos que lo que tenemos es por nuestro propio esfuerzo? ¿Será por qué no consideramos a Dios en nuestra vida y lo relegamos al tiempo que estamos en la iglesia?
Yo tengo la bendición de ver con mis ojos este versículo cumplido en la vida de mis pastores. Quizás no les gustaría que hable de ellos, pero como los buenos ejemplos no abundan, cuando encontramos alguno es necesario tomarlos como tales. Ellos son de aquellas personas que no les importa cúanto necesita uno o cuánto tiempo dedicarán a la obra, sino que absolutamente desprendidos de todo egoísmo terrenal, abren sin prejuicios sus manos, la puerta de su casa y de su corazón. Han sabido amar a las ovejas de su redil y al que venía de afuera no le negaron abrigo. Siempre uno puede hallar en ellos, no solamente una palabra de aliento, sino también una respuesta concreta y material, que a veces da pesar aceptar, porque al ver ese tipo de amor, uno se siente abrumado y, hasta avergonzado, por él.
Gracias doy a mi Dios porque aún hay personas, como mis pastores, que siguen el ejemplo del Apóstol, sabiendo que quizás en este mundo reciban menos de lo que dieron o no reciban nada, pero que el Señor de los Cielos recompensará sus efuerzos, hallando en los cielos una "amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo" ( 2Pe. 1:11).
Bendiciones