lunes, 28 de marzo de 2011

Enseñanza semanal: Esperanza en la angustia Salmo 69: 1-18

Salvame, oh Dios, porque las aguas han entrado hasta el alma.
Estoy hundido en cieno profundo, donde no puedo hacer pie;
he venido a abismos de aguas, y la corriente me ha anegado.

¿Cuántas veces hemos clamado a Dios por salvación? ¿Cuántas veces hemos sentido esta angustia, que ahoga las palabras? ¿Cuántas veces hemos estado, a causa de nuestros propios errores, en esta situación?

MEDITACIÓN:
 Aunque muchas de las declaraciones que aparecen en el Salmo tuvieron una aplicación exacta en la vida del Señor Jesucristo, también fueron una experiencia personal del salmista. Un pedido de auxilio sale del alma del escritor para:
  • Confesar su desesparición:  (vs 1-4)"Salvame, oh Dios, porque las aguas han entrado hasta el alma. Estoy hundido en cieno profundo, donde no puedo hacer pie;he venido a abismos de aguas, y la corriente me ha anegado. Cansado estoy de llamar; mi garganta se ha enronquecido; han desfallecido mis ojos esperando a mi Dios. Se ha aumentado mas que los cabellos de mi cabeza los que me aborrecen sin causa; se han hecho poderosos mis enemigos, los que me destruyen sin tener por qué ¿Y he de pagar lo que no robé? ". El salmista siente que está inundado, que está "con el agua en el cuello"; ha caído en un pantano cenagoso y sus enemigos se han multiplicado.
  • Reconocer su culpa: (v 5) "Dios, tu conoces mi insensatez y mis pecados no te son ocultos". No mirarse a sí mismo como sin culpa, es un paso importante hacia la liberación. Recordemos a Daniel cuando se incluye a sí mismo entre los pecadores del pueblo (Dn 9:5). Si queremos respuesta de parte de Dios, seamos sinceros delante de él.
  • Pedir la liberación de los inocentes: (v. 6) " No sean avergonzados por causa de mí los que en Ti confían, oh Señor Jehová de los Ejércitos. No sean confundidos por mí los que te buscan, oh Dios de Israel". Esta es realmente una actitud envidiable. Generalmente cuando oramos, lo hacemos por nosotros mismos, pero no nos acordamos de aquellos que están a nuestro alrededor y pueden tropiezan por causa nuestra (Mt. 18:6)
  • Señalar su búsqueda de Dios. (vs 7-13) " Por amor de Ti he sufrido afrenta, confusión ha cubierto mi rostro. Extraño he sido para mis hermanos, y desconocido para los hijos de mi madre. Porque me consumó el celo de tu casa, y los denuestos de los que te vituperaban cayeron sobre mí. Lloré afligiendo con ayuno mi alma, y esto me ha sido con afrenta. Puse además cilicio por mi vestido y vine ha serles por proverbio. Hablaban de mí los que se sentaban a la puerta, y me zaherían en sus canciones los bebedores. Pero yo a tì oraba, oh Jehová, al tiempo de tu buena voluntad. Oh Dios, por la abundancia de tu misericordia, por la verdad de tu salvación, escúchame."  Aunque su acercamiento al Señor le haya causado muchos perjuicios, el salmista declara que no le importaba, pues "a Tí oraba"
  • Pedir el auxilio y la liberación divinos (vs 14-18)  "Sácame del lodo, y no sea yo sumergido; sea yo liberado de los que me aborrecen, y de los profundo de las aguas. No me anegue la corriente de las aguas ni me trague el abismo, ni el pozo cierre sobre mi su boca. Respóndeme, Jehová, porque benigna es tu misericordia; mírame conforme a la multitud de tus piedades. No escondas de tu siervo tu rostro, porque estoy angustiado; apresúrate, óyeme. Acércate a mi alma, redímela, líbrame a causa de sus enemigos." Aunque ha enumerado todo lo que ha hecho, el salmista basa su petición en la misericordia y la benignidad de Dios, no en sus propias obras.
APLICACIÓN: ¿Cuántos de sus problemas son resultado de su insensatez? Pídale a Dios que libre y ayude a quienes resultan afectados por sus errores. A pesar de las burlas e inportunios, anímese a buscar al Señor con ayuno y oración.
ORACIÓN: Señor, ayúdame a reconocer mis errores y libra, por favor, a los afectados por mis pecados. Amén