martes, 12 de octubre de 2010

Pan Diario: SALMO 5:3


Oh Jehová, de mañana oirás mi voz, de mañana me presentaré delante de Ti y esperaré.


Dios espera cada día que nos presentemos delante de El, antes de que nuestro día comience. Muchas veces, el trajín de nuestra vida nos resta tiempo para estar con el Señor. "Estar en su presencia un rato con temor y temblor antes de dirigirnos a nuestro trabajo diario sería un poderoso estimulante para nuestras almas. Quien teme a Dios no teme a los hombres. El que se arrodilla ante Dios sabrá estar de pie ante cualquier situación difícil. Una mirada diaria al Santo de los Santos nos haría sumisos a su voluntad, unidos a su omnipotencia, callados ante su omnisciencia y reverentes ante su santidad" (Por qué no llega el avivamiento, L. Ravenhill, cap 3).

Pero estar en la presencia de Dios no es sólo para esperar algún beneficio, o alguna respuesta a nuestras peticiones. Implica también dejar que el Espíritu Santo recorra todos los intersticios de nuestro corazón, ¿Puede, el Espíritu, recorrer libremente los corredores secretos de nuestra alma?¿Le abriremos las puertas cerradas que hay en nuestra mente? El Espíritu todo lo escudriña, no podemos ocultar nada delante de sus ojos.

Pidamosle al Señor que escudriñe nuestra mente y corazón, presentémosnos delante de su presencia y dejemos que el nos limpie, que nos libere, que nos sane. Digamos como el salmista:

Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón;

pruébame y conoce mis pensamientos;

Y ve si en mí hay camino de perversidad,

y guíame por el camino eterno.

Salmo 139:24
Bendiciones