lunes, 21 de junio de 2010

Enseñanza semanal: LUCAS 8:25


Y El les dijo:¿Dónde está vuestra fe? Y atemorizados , se maravillaban, y se decían uno a otros: ¿Quén es éste, que aún a los vientos y a las aguas manda y le obedecen?


Es fácil parecer hombres de fe cuando se nos manda caminar en terreno conocido. En este pasaje, los discípulos son probados y esta prueba produce en ellos crecimiento en fe a pesar de las circunstancias. Y ¿por qué? porque en este caso, las circunstancias eran conocidas: el mar, la barca y aún la tormenta. Pero el Señor quiere que nuestra fe siempre esté puesta en El y no en nosotros.



  1. La fe debe estar puesta en la palabra de Dios: es evidente que los discípulos escucharon lo que Jesús había dicho, de lo contrario, no hubiesen subido a la barca; pero ellos depositaron la fe en sus capacidades: ellos eran hombres de mar, pescadores experimentados, toda su vida pescaron en ese lugar, cuántas tormentas habrían pasado, cuántas veces habrán dicho: pasemos al otro lado; y cuántas veces nosotros somos como ellos, sintiéndonos seguros, porque el terreno que pisamos nos es familiar y cuánto peligro hay en sentirnos autosuficientes e independientes.


  2. Las circunstancias de la vida generalmente son las llamas que calientan el crisol: dice el apóstol Pedro que es necesaria la prueba de la fe (1 Pe. 1:6-7), estemos seguros que si decidimos caminar en fe, las pruebas van a venir y harán dificultoso nuestro caminar. Para los discípulos, esa tormenta que se levantó en el lago iba a probar dónde estaba depositada su fe; si ellos hubiesen puesto su confianza en las palabras de Jesús, nunca habrían llegado a la desesperanza. Y esto es para nuestra vida también: si Dios nos dio una palabra, El la va a cumplir.


  3. Cuando la fe no está depositada en la Palabra de Dios, puede peligrar: cuando está puesta en lo que yo puedo hacer o me creo capaz de hacer, puedo tener la misma mirada que tenían los discípulos: ellos creían que perecían, porque no habían podido dominar la situación. Es mas, ya se habían dado por muertos. Pero lo peor es responsabilizar al Señor: ¿no tienes cuidado, que perecemos?(Mr 4:38) y qué respuesta recibieron: ¿DONDE ESTÁ VUESTRA FE?

Y hoy, como ayer a los atemorizados discípulos, Jesús te pregunta: ¿Dónde está vuestra fe? ¿confían en mí en toda circunstancia?


Fíate de Jehová de todo tu corazón,


y no te apoyes en tu propia prudencia.


Reconócelo en todos tus caminos,


y El enderezará tus veredas


Proverbios 3:5-6


Bendiciones


RONI