viernes, 23 de julio de 2010

Proverbios 5:15-18



Bebe el agua de tu misma cisterna, y los raudales de tu propio pozo;

¿Se derramarán tus fuente por las calles y tus corrientes de aguas

por las plazas?

Sean para tí solo y no para los extraños contigo,

Sea bendito tu manantial, y alégrate con la mujer de tu juventud.


La palabra de Dios nos enseña, en este mundo que, ahora mas que nunca, ha perdido los valores éticos y morales, que la fidelidad matrimonial es de bendición para nuestras vidas. El hombre y la mujer de hoy han perdido todo vestigio de moralidad e ignorado la ley de Dios, creyendo que aún así iban a ser bendecidos. Dios ha dejado un camino para que lo sigamos y nos dice que hay bendición en él; nos dice que la mutua fidelidad entre los esposos es un manantial, del cual podemos sacar aguas frescas cada día, y que esto traerá alegría y no tristeza. ¿Cuándo se desgasta la relación entre esposos? ¿Cuándo comienzan a verse grietas que son aprovechadas por los oportunistas para quebrar el pacto? Cuando uno de los esposos no cumple con sus deberes, cuando se priorizan otras cosas antes que ese espacio entre marido y mujer que es tan especial y único, manantial que refresca; es allí donde la vasija se rompe y el agua se derrama y se pierde.

Cuidemos nuestro matrimonio, no dejemos que sea derramado nuestro manantial y que otros lo aprovechen. No traigamos el mal sobre nuestra familia, haciendo caso omiso a las leyes de Dios y poniéndolas en olvido, porque las creemos anticuadas.No nos olvidemos que: El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.(Mateo 24:35)

Bendiciones