viernes, 18 de marzo de 2011

Pan Diario: 1 Reyes 19:13

"Y he aquí vino a él una voz, diciendo: ¿Què haces aquí, Elias?

¿Es posible que un gigante espiritual como lo era el profeta Elías esté deprimido? Tal vez Ud. se sienta como atravesando estos valles de la depresión espiritual, a mí me ha pasado, sentir que las cosas de su espíritu, de su alma no andan bien. Hay días que uno recuerda, llenos de gozo, pero ahora ya no es así, sino no que, aunque nos cueste admitirlo, pensamos que hasta Dios mismo ha escondido su rostro y nuestro barquito en alta mar está siendo azotado por grandes olas y fuertes vientos. Nos sentimos deprimidos y nos preguntamos sin cesar: ¿serà posible que un gigante espiritual esté deprimido?
Bueno, el profeta del pasaje de hoy  es un claro ejemplo que Dios nos dejó en su Palabra. Imaginémonos al profeta diciéndole a Dios:" Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres" ¡Eso sí que es depresión! Es posible, y seguramente, que tenía sus razones. Las razones siempre existen, y hasta diría yo, sobran. La reina Jezabel le había puesto precio a su cabeza y tiempo de existencia y aunque él venía de demostrar que Jehová era el Dios verdadero a ojos de todo el pueblo, sin embargo, esas atemorizantes palabras calaron hondo en su espíritu.¡Se sentía solo, muy solo en este mundo tan hostil!
Pero aquella depresión espiritual era pecado. Razones evidentemente tenía para sentirse así pero Elías no tenía derecho a ella. Esto queda demostrado por el interrogatorio que recibe de Dios ¿qué haces aquí, Elías? Esa pregunta marca lo peligroso y pecaminoso de la depresión espiritual. Si usted o yo nos encontramos en ese valle, oigamos la pregunta de Dios "¿Qué haces aquí?
Notemos el verbo que utiliza "haces" No estaba haciendo nada. Esto es parte del problema. Cuando nos echamos al abandono, dejando de ser responsables, estamos dejando una puerta abierta de par en par para que el monstruo de la depresión llegue para quedarse. Dios nos creó para estar ocupados, no podemos darnos el lujo de cruzar los brazos. Esto era lo que le pasaba a Elías. Después de batallar con el enemigo, estaba solo, deprimido, inactivo y con ganas de morirse, en el desierto de la depresión. No hacer nada es pecado delante de Dios y le da a Dios el derecho de acercarse y preguntar con total franqueza ¿què haces aquí? ¿Qué?
El nombre Elías significa "Jehová es mi Dios", un nombre que el profeta había honrado y llevaba con mucho orgullo. Por eso Dios lo increpa. Es posible que alguien pueda estar deprimido, pero no alguien con ese nombre, alguien que siempre había estado muy cerca de Dios.¡ Elías, Elías, despiértate y levantate ahora! ¡Tu eres Elías, el amado de Dios, seleccionado para grandes cosas!
Y Ud, ¿què hace aquí? Dios ha dado su mas preciado don, Cristo Jesús, para redimirlo y volverlo  a la vida y ud se queja de estar solo en el valle de sombras. Deje atrás ese valle, mire la obra que Dios ha hecho en Ud. Recuerde que, hace ya mucho tiempo, hubo uno que atravesó el mayor valle de soledad, y cuando pendía de una cruz dijo "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? ¿Sabe por qué estuvo Cristo en esa absoluta soledad? Simplemente para que ni Ud. ni yo estuviésemos solos jamás. Cristo hace posible que nos acerquemos a Dios y no nos sintamos mas solos.
Si esta es su situación hoy o en algún momento pasamos por algo semejante a lo que atravesó Elías, pensemos que para Dios eso es pecado y que con toda claridad y amor lo reprenderá, diciendo: ¿Qué haces aquí?