viernes, 29 de octubre de 2010

Pan diario: Galatas 6:7-8

No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.


Esta es una ley universal de la vida, uno cosecha lo que siembra. Habitualmente utilizamos esta palabra para hablar de las leyes físicas, aquellas que rigen nuestra vida, independientes absolutamente de nuestro parecer. Decimos esta palabra como un epíteto de justicia y reflexión, y lo es, pero también el apóstol se encarga de llevarlo al plano espiritual. Esta ley del verso 7 está explicada en el verso siguiente. Nosotros mismo somos esa tierra que recibe semillas y tenemos dos terrenos donde sembrar: nuestra carne o nuestra alma. Generalmente sembramos mas en uno que en otro, de ahi los resultados; pero todo esto nos debe llevar a poner en balanza y pesar los frutos que hemos cosechado, quizás quedaremos asombrados
¿Cuál es mi cosecha? ¿Qué es lo que alimento mas, el alma o la carne? ¿Tengo un buen pasar pero mi alma languidece por falta de atención? Pensemos esta realidad, no esperemos cosechar del Espíritu vida eterna si vivimos afanados en lo material; dediquemos, pues, un tiempo a cultivar nuestra alma, porque Dios no puede ser burlado, todo lo que el hombre sembrare,ESO también segará.
Bendiciones