jueves, 26 de agosto de 2010

Pan diario. HECHOS 17:30




Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ingnorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan.






¡Cuánto amor podemos observar en estas palabras! Porque Dios, creador y sustentador de todas las cosas, que formó al hombre del polvo de la tierra, a quién dio vida con el aliento de su boca y la libertad de elegir su destino; quien fue traicionado por su criatura mas excelsa, no cambia la situación por arte de magia, sino que da lugar al arrepentimiento. ¿Y qué es el arrepentimiento? Es la oportunidad que tenemos de reconocer que habíamos tomado un camino equivocado y que nos volvemos de él. Dios, en su infinito amor, nos da la posibilidad de que miremos hacia atrás y juzgemos nosotros mismos nuestro accionar; que consideremos cuán desviados fueron nuestros pasos y cuánto nos alejamos de él.



Dios no obliga al hombre, ni nunca lo hará, él siempre espera un arrepentimiento sincero que nos lleve corriendo hacia sus amorosos brazos; espera que dejemos nuestros propios caminos y que elijamos caminar por el camino que nos trazó. El espera tu arrepentimiento, pero es tu decisión.


Bendiciones