martes, 15 de marzo de 2011

Pan diario: Salmo 119:105



Lámpara es a mis pies tu palabra y lumbrera a mi camino.

La famosa poetisa chilena Gabriela Mistral escribió en la portada de su Biblia las siguientes palabras: "Libro mío... tu desnudez asusta a los hipócritas y tu pureza es odiosa a los libertinos" ¡Cuàn grandiosas palabras! La biblia ciertamente asusta a los hipócritas porque los descubre y desnuda y expone a los ojos públicos y es odiosa ciertamente a los libertinos porque los señala inconfundiblemente con el dedo y los acusa por sus actos.
Tal vez ud. nunca haya tenido este libro entre sus manos, como habrá millones seguramente que jamás habrán descansado sus ojos en esas páginas benditas. Quizás han leído libros, se habrán enterado de los clásicos y leen los volúmenes de mejor venta... pero no han tenido el privilegio de leer las palabras de este libro que han descendido del lejano cielo como un rocío benéfico. No es de extrañar que esto haya sucedido, dado que este bendito libro ha tenido una tormentosísima historia. Proscrita y aún prohibida, ni aún todas las fuerzas enemigas la han podido "borrar" de la faz de la tierra.
¿Hay alguna razón especial que pueda explicar este fenómeno? Las hay, y por partida doble: La primera es que este libro habla de Dios, ciertamente ante nuestros ojos podemos ver a  Dios a través de su creación, pero la Biblia es una revelación clara y precisa de su existencia. La segunda es que habla del hombre. Sí, porque frente a tantas teorías circulantes acerca de su origen, que llevan al ser humano a los laberintos mas incógnitos, si el hombre verdaderamente quiere saber quién es y a dónde va, la única alternativa que se presenta es este libro de Dios para el hombre.
La Biblia habla también de sí misma. Una de estas es este pasaje del Salmo 119:105; uno puede distinguir aquí gran parte del dilema humano, su búsqueda de la iluminación, de revelación, de auxilio, la respuesta a tantas súplicas sollozantes para que alguien le muestre el camino que está por delante.
En la Biblia está lo que Dios tiene para el hombre. A través de sus páginas podemos conocerle a El plenamente, conocer su santidad y su magnífico poder, su profundísimo amor por su criatura que le falló, y aún frente a este desprecio estuvo dispuesto a redimir a costa de la vida de su Hijo. Podemos ver en ella la increíble restauración de ese ser y su ubicación en el pedestal de una nueva vida en Cristo Jesús. ¿Què otro libro puede pintar semejante cuadro.