martes, 3 de mayo de 2011

Tan cerca... y sin embargo tan lejos

Se puede estar cerca de Cristo y, aún así, muy lejos de la vida que nos ofrece. Esto sucedió incluso entre sus doce apóstoles. Tuvieron la increíble oportunidad de relacionarse con el Señor en persona, pero, aún dentro de ese círculo íntimo, había uno (probablemente el de mas confiaza, ya que guardaba el dinero) que nunca experimentó un verdadero vínculo personal con él. Judas sabía mucho SOBRE Jesús. Conocia bastante bien los hábitos del Maestro, ya que guió a sus enemigos al punto de encuentro habitual en un huerto. Lo trataba lo suficiente como para traicionarlo con un beso. Sin embargo, no conocía a Jesús como Salvador.
Aunque gozaba de mucha confianza, el que "tenía la bolsa del dinero" nunca experimentó la relación personal y centrada en Cristo que hoy podemos disfrutar con el Señor. Es un ejemplo preocupante de la clase de persona a la que se refirió Jesús cuando dijo:"Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición(...). Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad" (Mt 7:13; 22-23)
Asegurémonos de no terminar como aquel que supuso que saber SOBRE Cristo es lo mismo que conocerlo personalmente.

(tomado de: NUESTRO PAN DIARIO 2011) 

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