Si tu ley no hubiese sido mi delicia, ya en mi aflicción hubiera perecido.
Nunca mas me olvidaré de tus mandamientos, porque con ellos me has vivificado.
¡Cuánto consuelo podemos hallar en estas palabras! En un mundo que se presenta cada vez mas turbulento, en el cual se ven cosas que antes se hablaban en secreto; un mundo lleno de violencia de toda especie y tenor, plagado de desigualdades sociales; en un mundo donde la naturaleza está "cobrándose" los excesos humanos, hoy podemos encontrar un bálsamo en la Palabra de Dios. Un bálsamo que inundará nuestra alma en plena incertidumbre, porque todo en ella ya fue escrito; sabemos qué ocurrirá y dónde no poner nuestras esperanzas; a través de ella sabemos que el socorro viene de Jehová (Sal 121:2) Ella nos enseña a "mirar hacia arriba" y no poner nuestra esperanza en las cosas terrenales, ni aún en nuestras propias fuerzas, sino depender en todo de la misericordia de nuestro Dios, porque, como dice el Predicador, no nos olvidemos que Dios está sentado en su trono y nosotros estamos en la tierra (Ecl. 5:2)por tanto, necesitamos que su misericordia se renueve cada mañana(Lamentaciones 3: 24)
Hoy es tiempo de volver a la Biblia, de hallar en ella el consejo preciso, el consuelo necesario, la paz, el gozo, la esperanza, la fe, el amor. Sólo a través de la Palabra de Dios encontraremos al Dios de la Palabra.
Bendiciones
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