La Palabra de Dios siempre nos da buenos consejos.Y sobre todo, en cuanto al tema del trabajo, siempre encontraremos en ella una valoración al esfuerzo. Muchas veces creemos que el trabajo es una maldición que se derivó de la desobediencia, citando Gn 3:17- 19:
"17Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida.
18Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo.
19Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás." lo cierto es que lo que se expresa en este pasaje es que la tierra, por sí sola, en vez de ser un huerto que tiene plantas con frutos, producirá espinos y cardos, y que costará el doble trabajo hacer productiva la tierra. Dios, en el capítulo 2 expresa que colocó al hombre en el huerto del Edén para que "lo labrara y lo cuidase" (Gn 2:15) generalmente no cosideramos este versículo como una expresión de la intención de Dios con respecto a nosotros. El trabajo es, para Dios, la actividad principal en la vida del hombre.
En ningun momento, como expresaba mas arriba, hay en la Palabra de Dios, una incitación a abandonar el trabajo o a dejar de trabajar. Y lo que verdaderamente se convierte en una maldición para nosotros es la pereza. El trabajo le da al hombre la esencia de lo que es, dignificandolo, la pereza no solo lo empobrece, sino que tambien lo degrada.
Bendiciones