Jesús le dijo: "YO SOY, el que habla contigo"
Juan 4:26
Señales y prodigios
la gente demandaba,
señales y prodigios
y su voz no escuchaba
¿Por qué no le oían,
si en necesidad estaban,
Por qué no entendían,
cuando El les hablaba?
Un día, caminando,
cuando el calor asolaba,
llegó Jesús a una aldea,
y en un pozo descansaba.
Buscando agua se acercó
una mujer apurada,
pies descalzos, rostro serio,
y necesitada el alma.
-Dame de beber- le dijo,
a la mujer asombrada,
¿Por qué habla conmigo
siendo yo samaritana?
-Si tú supieras, mujer,
quién reclama de tu agua,
tú desearías, también,
saciar la sed de tu alma.
La mujer supo escuchar
cuando el Hijo de Dios hablaba,
la mujer pudo ver en Él
lo que otros no miraban.
-Sé que vendrá el Mesías,
a El espero con ansias,
la mujer proclamaba en fe
de su alma la esperanza.
¡Qué respuesta mas sublime
deseada, inesperada!
Yo soy, el que habla contigo.
Yo soy, al que tú esperabas.
Como eco resonaron
las palabras en su alma.
-He encontrado al Mesías,
por las calles aclamaba.
A la mujer le bastaron,
solo unas pocas palabras
no reclamó señales,
sólo creyó con su alma.