No mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros.
En un mundo cada vez mas individualista, donde pesa mas el crecimiento personal y donde la vida pasa por crecer a costa de lo que fuere, estas palabras suenan, diría yo, hasta arcaicas, enredadas en las telarañas de un tiempo que no es el actual, parecen algo que no halla cabida en nuestra sociedad de hoy. Estamos tan empecinados en progresar, en ascender, en ser considerados los mejores, que no importan los demás, porque, al fin y al cabo, si no lo hago yo, ellos lo harán conmigo.
¡Tan distinto es el pensamiento de Dios! Quizás hasta parece inalcanzable, sin embargo, Jesucristo nos dejó ejemplo, para que sigamos sus pisadas. Dios no expresó este pensamiento y nos dejó solos para que hiciéramos lo que pudiéramos; Jesús mismo nos mostró que se puede hacer, se puede pensar en los demás antes que en nosotros; El lo hizo, nada de lo que nosotros podamos tener aquí, se puede comparar con la gloria que El dejó para ocupar nuestro lugar de culpables en esta tierra. Meditemos en esto, y pensemos que el costo que Jesucristo tuvo que pagar fue infinitamente mayor que el nuestro. Si El pudo, con su ayuda yo podré también.
Bendiciones
RONI