Porque las cosas invisibles de El, su eterno poder y deidad,
se hacen claramente visibles desde la creación del mundo,
siendo entendidas, por medio de las cosas hechas,
de modo que no tienen excusa.
Romanos 1:20
¡Cuánto podemos conocer de Dios a través de la creación! Dios, que creó de lo que no era, que todo lo puso en un lugar perfecto, que le dio el canto a las aves y los colores a las flores, que coronó las altas cumbres con un manto blanquísmo, y vistió a los animales, a cada uno de ellos con un detalle que los distingue de otros y los hace únicos; Dios, que con su deidad creó al hombre a su imagen y semejanza y puso eternidad en su corazón, para que le alabe. Ese Dios es el que siempre espera que le agradezcamos por el hogar que hizo para nosotros; ese Dios que siempre espera que el hombre le busque y le conozca; ese Dios que amó tanto, tanto, que no podemos medir ese amor; ese Dios que se entregó a sí mismo para que por su muerte tengamos una esperanza de vida junto a El. Ese Dios es el que te llama hoy y te espera, no rechaces su invitación.
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