Mas vale vista de ojos, que deseo que pasa. Y también esto es vanidad y aflicción de espíritu.
Los seres humanos nos caracterizamos en que nunca estamos contentos con lo que tenemos, la ambición y la codicia son males que asaltan nuestros pensamientos, y buscamos de una u otra manera, satisfacer sus demandas. Siempre estamos mirando que lo que tiene el otro es mejor que lo nuestro y esto siempre produce una insatisfacción que lleva a una posterior amargura de espíritu.
El Señor quiere librarnos de esa amargura, quiere que estemos contentos y seamos agradecidos por lo que tenemos, y esto nos enseña en su palabra (1Tim. 6:8), porque todo proviene de él. Podemos estar seguros que nada nos faltará nunca, si somos agradecidos con lo que tenemos ahora, porque así lo prometió:
Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora, porque El dijo: No te desampararé ni te dejaré. (He 13:5)
BendicionesRONI
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