El rey no se salva por la multitud del ejército, ni escapa el valiente por la mucha fuerza.
Vano para salvarse es el caballo, la grandeza de su fuerza a nadie podrá librar.
He aquí, el ojo de Jehová sobre los que le temen,
sobre los que esperan en su misericordia.
Para librar sus almas de la muerte, y para darles vida en tiempo de hambre.
Salmo 33: 16-19
En muchas circunstancias, nos vemos abrumados por los problemas, cercados por situaciones que nos colocan casi al borde del abismo, en posiciones en las cuales un paso equivocado puede tener consecuencias indeseadas, una enfermedad cercana o un revés económico son ejemplos mas que conocidos por todos; y es en estas ocasiones donde parece que todo lo que tenemos, aquello por lo cual luchamos, en fin, todo lo que somos, no nos alcanza o no nos sirve para ser salvados de la situación, para ser librados del problema. Dice el salmista que ni un ejército ni la fuerza del caballo son útiles en los momentos de extrema necesidad, cuando la vida corre peligro; solo esperar en Dios y que El tenga de nosotros misericordia es lo que nos va a librar de las frías y crueles garras de la muerte; el temor de Dios en nuestros corazones nos garantiza que sus ojos estarán sobre nosotros y podemos decir, confiadamente:
Muchas son las aflicciones del justo
pero de todas ellas le librará Jehová.
Salmo 34:19
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