densos nubarrones se cernían sobre mí.
Las tinieblas pasaban por mi lado
trayendo mas y mas oscuridad,
ennegreciendo todo, acallando aún
el débil clamor de mi voz.
Queria mirar hacia Ti, hacia arriba,
alejar mi mirada de esto que me abruma,
que me cansa;
poder elevar mis ojos hasta verte allí
donde Tu estás, mirándome a mí.
Oh Señor! de en medio de la tormenta
elévame cual ave,
cual águila que busca al sol, llévame.
Para poder mirarte sin estorbos,que debilitan mi fe y me hacen mas terrena...
Porque sólo poniendo los ojos en Tí, Señor,
la victoria llega.